Barva colonial. Parte I
- José Miguel Carvajal
- May 12, 2021
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A las puertas de la celebración del Bicentenario de la Independencia de la región centroamericana del Gobierno Español, se han dado muchas reflexiones sobre estos 200 años de vida independiente, de sus aciertos y errores, y, aunque 200 años se dice mucho, hay una sombra innegable y hasta más grande; detrás de ese bicentenario, se vislumbra un aproximado de 300 años de vida colonial, en el que el pueblo de Barva no pasó desapercibido.
Los primeros datos que se conocen de Barva datan de 1569, en ellos se confirma la creación de pueblos bajo la Orden de San Francisco, autoridades civiles y los encomenderos (sistema de explotación de trabajo de los pueblos indígenas bajo la tutela de un español). Es en esta época, según afirma Botey, en que se funda el pueblo de Barva, y otros tales como Aserrí, Curridabat y Ujarrás. (p.123). Cabe hacer la aclaración, que la zona comprendida entre el Monte del Aguacate y el río Virilla era conocida como el valle de Barva. ¿Por qué el nombre Barva? dentro de los indígenas que habitaban en la zona, existía un cacique llamado “Barva” quien se supone habría dado el nombre que aún hoy se conserva, aunque en un documento de 1565, se confirma que la población de Barva pertenecía al territorio del cacique Garabito.
Dentro de los grupos indígenas, aunque en el Valle Central predominaba el huetar, se reconoció en ese año de 1569 a tres grupos diferentes: Catapas, Tices y Paticas, quienes se caracterizaban por su indigencia, eran sumisos y temerosos antes sus jefes, y que sobrevivían cultivando pequeñas parcelas de tierra. Al realizar las primeras reparticiones de indígenas a los pobladores españoles, que recién venían llegando a la zona, bajo el cargo de Perafán de Rivera (gobernador de Nueva Cartago y Costa Rica del año 1568 a 1573), se distribuyeron 400 indígenas al señor Juan Remo y 100 al señor Simón Sánchez, por lo que se puede constatar que era un número considerable de población indígena en el conocido valle de Barva. Este sistema de encomienda y la concentración de pueblos indígenas, explica Botey: “fue la que generó la mayor parte de la producción agrícola y artesanal de la que se apropiaban los encomenderos criollos, los funcionarios coloniales y los frailes.” (p.133) Y fue tal, que para el censo de 1583, es Barva el poblado con mayor cantidad de habitantes, dirigidos eso sí, por los “Doctrineros” que los instruían, realizaban actos como bautismos, casamientos, las misas de los domingos, pero también trabajos de carácter laico, como lo era actuar de jueces, maestros o agricultores.
Poco conocemos del incierto origen de ese pueblo, que desde hace unos 450 años se llama Barva, y las pocas referencias nos pueden dar pistas del valor e importancia que tuvo en la época colonial. Nuestro deber como comunidad siempre es velar por la memoria, y Barva, con varios siglos asentado como pueblo, no puede caer en la ignorancia y desconocimiento de su pasado, tanto por sus raíces indígenas (el oficio de la cestería), o coloniales (la Mascarada) o simplemente por sus tejas y casitas de adobe, que recrean un antaño que poco a poco iremos descubriendo.
Bibliografía:
- Benavides Mora, Carlos, 1994. La Evangelización del indígena del Valle Central occidental, durante la colonia. Revista UCR https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/estudios/article/viewFile/30712/30563
- Botey, Ana María, 2002. Costa Rica. 2da ed. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.
- Comisión de Festejos de Barva, 1924. Centenario de la Villa de Barva, Heredia.
- Fernández Guardia, Ricardo, 1976. Cartilla Histórica de Costa Rica. 49na ed. San José: Lehmann S.A.






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