Lo común y regular normalmente pasa desapercibido, aquello que acostumbramos observar, va perdiendo cierto brillo hasta rozar lo invisible; por eso el escritor francés Georges Perec escribió que la vida necesita a veces fisuras, cataclismos, conflictos para que se revele lo espectacular, pues de otra manera no nos llamaría la atención. Las montañas que constituyen la estructura del volcán Barva, a nosotros que las tenemos cerca nos parecerían unas más del país, pero es una zona muy importante y única del mundo por su avifauna.
La avifauna de Costa Rica se caracteriza por la gran diversidad de especies endémicas en las tierras altas, esto significa que en esta zona se encuentran aves que no se pueden hallar en otra región del mundo. La conjunción de esta avifauna endémica ha sido el resultado de factores tanto históricos como ecológicos. Una serie de complejos geológicos y eventos climáticos, incluyendo la formación de las cordilleras y las condiciones del clima frío durante el Pleistoceno Superior, promovió la dispersión de especies de aves desde la región Neártica y del altiplano andino. Periodos de condiciones interglaciares redujeron la conectividad entre estas regiones, aislando poblaciones de especies establecidas en la tierras altas de Centroamérica de sus poblaciones ancestrales, promoviendo la posterior especiación.
La formación de esta cadena montañosa incrementó la diversidad de hábitat y el aislamiento geográfico de las poblaciones de aves de zonas bajas, factores que terminaron favoreciendo la especiación debido a la adaptación a condiciones ambientales locales y aislamiento geográfico. Es por esta razón, que las cordilleras Central y de Talamanca (y oeste de Panamá), poseen una riqueza única en el mundo, pues cuentan con muchas especies de aves que solo en esta zona geográfica se pueden localizar. Como parte de esta avifauna, presentaremos varias de las aves que se pueden observar cerca de San José de la Montaña, y que quizás por costumbre, las dejamos pasar con el viento.
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