top of page

Las venas del volcán Barva

Writer's picture: José Miguel CarvajalJosé Miguel Carvajal

El escritor estadounidense Henry David Thoreau escribió, retirado en los bosques, que «un cielo sin nubes es una pradera sin flores» y se podría agregar que el planeta sin montañas, sería como un río sin agua. No en vano los antiguos griegos las concebían como divinidades, siendo además las moradas de los dioses. Tal vez en relatos más conocidos los montes fueron el lugar propicio para comunicarse con Dios, por ejemplo, Moisés en el monte Sinaí y la trasfiguración de Cristo en el monte Tabor. Esta relación entre montañas y seres humanos, es mítica, y ha perdurado a lo largo de los años.


Dentro de la geografía del país, se erige en el ombligo el volcán Barva, con una altitud de 2906 m s.n.m, al norte de la ciudad de Heredia. En cuanto a extensión y volumen, se puede afirmar que es el más grande de Costa Rica (≥ 1100 km2) y es un volcán tipo escudo volcánico complejo. Sin embargo, cuando se compara con los otros volcanes del país, el Barva se caracteriza por un letargo que resulta casi eterno, donde la espesura de sus bosques y la bruma cobija al volcán en su eterno descanso. Y aunque esa vida eruptiva no se presenta al llegar a su laguna principal, donde el silencio y el verde predominan, en las partes bajas del coloso, el sector norte y el suroeste, hay vestigios de aquella época violenta del volcán.

Fotografía de la naciente termal del norte del Barva. Tomada por Javier Elizondo
Naciente termal del norte del Barva. Por Javier Elizondo

El sector Huacalillo, era un lugar al que, por muchas generaciones, las personas disfrutaban yendo a sus potreros con un “gallito”, pero con una razón principal, las aguas calientes que brotaban en el río. Se conocen muchos afluentes de agua fría que nacen de las cumbres del volcán Barva, pero de agua termal muy pocas, y Huacalillo es una de las más conocidas, dada su cercanía con los pueblos aledaños, además era un sitio recurrente para muchos de nuestros abuelos, que iban a bañarse en las aguas termales. Por otra parte, más escondidas y casi desconocidas son las del sector norte, donde el difícil acceso por el saturado bosque y el camino entre las arrugas del Barva, implica un doble esfuerzo llegar a ellas. En el año 2020, cuatro montañistas profesionales se aventuraron en la misión de encontrar lo que se decía era un gran río termal. Con una duración de cuatro días y un recorrido de 24km, encontrar lo que para muchos era una leyenda parecía muy difícil, pero consiguieron encontrar la enorme naciente de agua caliente, una huella más de la actividad subterránea del adormilado Barva.


Desde prácticamente cualquier lugar del Valle Central, se admiran esos tres faros, o como las llamaría el famoso naturalista Henri Pittier, «las tres hermosas y azules cúpulas», el punto más alto del Barva, y aunque el silencio, los jilgueros y los robles coronan su frente, por sus tobillos andan ríos calientes, como venas volcánicas.



Laguna principal del volcán Barva. Fotografía del año 2019. José Miguel Carvajal


Fuentes:



Comments


Recibimos comentarios y propuestas

¡Muchas gracias!

© 2023 by Train of Thoughts. Proudly created with Wix.com

bottom of page